Hechos que son historia
El domingo 28 de mayo de 1995 al fin se hizo público lo que ya era un secreto a voces: Ninfa Deándar Martínez deseaba ser presidenta municipal.
En una plana de su periódico El Mañana, avalada supuestamente por 133 personas, Ninfa Deándar Martínez hizo circular la versión real de lo que era simplemente un rumor: la creación de la Alianza Cívica
Democrática llevando como miembros del comité organizador a personas que de alguna forma se habían distinguido, no precisamente en el área de la democracia y su impulso, sino por ser desechos de partidos políticos y de organismos públicos y privados con fama negativa en la ciudad.
De una currícula constante de 20 años al principio sana, de estudios que parten del Colegio América, la escuela Carlos A. Carrillo, después las Ursulinas y el Laredo Junior College, de Laredo, Texas, luego la Universidad Labastida hasta terminar en la UNAM, Ninfa Deándar Martínez, de 61 años de edad, esconde la otra currícula, la insana, la de túneles sin salida y remolinos agitados, la que en verdad trata de ocultar; la que la exhibe como el cáncer filtrado en la sociedad porteña.
Ese domingo la Alianza Cívica Democrática corrió el velo ya ajado de sus ambiciones exponiendo en un desplegado los indicadores del "por qué" debe ser elegida. Señala el libelo como punto de partida:
"Preocupados por el desarrollo completo y armónico de la ciudad, por sus carencias y rezagos actuales y por el impacto de la crisis que ensombrece nuestro futuro, hemos analizado detenida y exhaustivamente a los ciudadanos que reúnen cualidades de amor a las causas de Nuevo Laredo, entrega a esas mismas causas, defensa hasta las últimas consecuencias de los intereses municipales y que esas cualidades sean la constante de su conducta diaria y no un accidente de su vida ciudadana".
Pero esas eran las cualidades insondables, faltaban las virtudes primarias.
"Que haya demostrado en la práctica las virtudes enunciadas, que tenga el acervo suficiente de conocimientos para servir adecuada y eficientemente a los diversos sectores que contribuyen a formar nuestra sociedad".
Luego llegaba al destape.
"Por lo expuesto, los ciudadanos que suscribimos este documento hemos decidido dar forma y consistencia a una Alianza Cívica Democrática y simultáneamente apoyar la precandidatura a la presidencia municipal de la ciudadana neolaredense por nacimiento y destacado miembro de la comunidad, NINFA DEÁNDAR MARTÍNEZ.
Mentira tras mentira.
"La editora del matutino El Mañana ha demostrado con creces su amor al terruño y desde las páginas de su publicación ha llevado la voz cantante en defensa de Nuevo Laredo".
En las virtudes secundarias se le apropian obras y supuestas campañas humanitarias.
"Nadie puede negar su defensa a los ciudadanos en sus problemas cotidianos. Es verdad sabida la presencia permanente de Ninfa Deándar Martínez al lado del pueblo que la vio nacer".
Después se le da imagen de benefactora e impulsora de la cultura e importantes proyectos realizados, así como su interés por ayudar a los pobres del sur del país.
"Actos positivos de su vida ciudadana constituyen sus acciones al frente del patronato que reconstruyó y rescató para la ciudad el teatro Adolfo López Mateos. Su lucha permanente por el bulevar Luis Donaldo Colosio. Su campaña humanitaria a Chiapas".
Todos los neolaredenses saben que el teatro Adolfo López Mateos se rehabilitó con el lavado de dinero del narcotráfico procedente de Carlos Aguilar Garza y que siempre se opuso a la construcción del bulevar Luis Donaldo Colosio, aparte de que la supuesta "ayuda humanitaria" a Chiapas la hicieron los ciudadanos de ambos Laredos, no ella ni sus hijos.
Bruno Álvarez Valdez constató la traición y falta de palabra y "práctica de virtudes" de Ninfa. He aquí los extractos de una misiva del 16 de mayo de 1995 que le envió a la editora el recalcitrante parmista.
"Señora: Usted me ofreció entre otras cosas, publicar lo que yo dijera. Me lo dijo delante de los parmistas de Nuevo Laredo (...) usted estuvo de acuerdo en no atacar a los parmistas y sin embargo sucedió lo contrario (...) Quizás usted y Servando (Hernández Camacho, entonces dirigente estatal del PARM) lo hayan hecho porque pensaron que al tomar las riendas del PARM municipal en Nuevo Laredo, lanzaría como candidato a la alcaldía a Cantú Rosas. No, quédese tranquila, tienen usted y Servando la vía libre (...) ¿Con esa oposición pretende usted ganar? Usted se quejó de que Carlos abandonó a Nuevo Laredo y puso a Servando a despacharse con la cuchara grande atacándolo, ¿por qué lo hace? ¿por envidia? (...) Ni Carlos ni yo señora, les pedimos algo a usted y a Servando (...) Sin saber que iba a publicar al día siguiente en su periódico, en el cual según usted publica la verdad, yo fui honesto y le ofrecí mi respaldo en sus intereses, según usted en defender al pueblo".
El 24 de junio de ese mismo año Álvarez Valdez envió a los periódicos otra carta en donde exponía:
"Hacer coaliciones en una mesa de café o en el aire acondicionado no es ningún problema, a la hora de trabajar y de repartirse el queso es cuando surgen los problemas (..) no se diga si se trata de poner dinero. Nunca ponen ¡ah! Pero cómo hablan...
Luego arremetía contra la editora y su organismo recién formado.
"Creo que por eso, Ninfa Deándar, una vez solucionado el problema financiero de más de un millón de dólares, una vez solucionado el problema de su hermano Heriberto Deándar en Reynosa, decide optar por la graciosa retirada dejando encampanados a los ilusos y tibios soñadores, eternos proponedores, formadores de la Alianza Cívica. Al que juega chueco, le va chueco.
Lo raro de todo esto es que finalmente los parmistas se unieron a las "chuecuras" de Ninfa.
Cabe señalar que al final del desplegado del 28 de mayo, en donde se hace un llamado "a los hombres y mujeres libres y de espíritu independiente, a unificar esfuerzos con nosotros y juntos todos decidir el destino de nuestra ciudad el próximo trienio" se anexa un mensaje de ¡LEALTAD A NUEVO LAREDO!, y lo que ha hecho Ninfa Deándar Martínez por este puerto fronterizo al que inclusive trató o pretendió separarlo de la entidad con intenciones de que se anexara al estado de Nuevo León, fue, ha sido y es, precisamente serle desleal y hasta cierto punto, una acción traicionera. ¿Sabe Vicente Fox de esto?
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