Estos empresarios voraces que vieron mermados sus ingresos por los cambios políticos y económicos ordenados por el presidente Carlos Salinas de Gortari, así como otros tantos afectados por las auditorías como lo fueron los "insurrectos" Deándar, fueron los primeros en desatar la campaña independentista tratando que su proyecto embrionario tomara características de monstruo incontrolable para así vengarse del gobernador Manuel Cavazos Lerma.
Sin embargo, detrás de sus velados ataques a Cavazos y a Salinas por lo del puente de Colombia, los Deándar buscaban la anexión del "nuevo estado" al de Nuevo León, en donde los empresarios, por cuestiones y fines de provecho comercial y aduanero, buscaban un acceso más para ampliar sus actividades económicas de toda índole. Tamaña traición de la dueña del "periódico que va con el pueblo" era inconcebible para el mismo pueblo neolaredense y sus autoridades.
Por la lógica que se fue presentando, los "independentistas" Deándar también fueron objeto de críticas severas tan pronto se puso al descubierto su plan separatista. El periodista José Ángel Solorio Martínez, en su columna Pulso Estatal, del semanario Noticias del Golfo del 21 de febrero de 1994, escribió:
"Los medios informativos que le han dado cobertura amplia al hecho, son El Mañana de Nuevo Laredo y El Mañana de Reynosa. El primero propiedad de Ninfita Deándar Martínez, destacada dama de la sociedad fronteriza, cuya fortuna está ligada al auge del narcotráfico de la región; y el segundo propiedad de Heriberto Deándar Martínez, destacado ciudadano de la frontera, cuya fortuna está ligada al "boom" del contrabando y del narcotráfico. Y no es falso: Ninfita, documentalmente está probado, sostuvo relaciones de sociedad mercantil con Carlos Aguilar Garza. Beto (Deándar Martínez) sostuvo relaciones de sociedad mercantil con el perseguido por la PGR, Guillermo González Calderoni. Por si fuera poco, Beto disfrutó de un largo exilio debido a la orden de aprehensión en su contra por los delitos de lavado de dinero y otras lindezas.
Bastó una gira de varios días por la entidad (cinco en Nuevo Laredo) para que el gobernador Cavazos Lerma acabara con las ansias separatistas de los Deándar, quienes cada vez que pierden una batalla en el campo en que se desenvuelven, se dicen acosados y amenazados de muerte por representantes del gobierno o pistoleros de la mafia, aunque esto último no es de dudarse debido a su comportamiento desleal al juramento hacia quienes quebrantan la ley por actividades ilícitas, vaya, del crimen organizado.
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