viernes, 16 de septiembre de 2011

15. NINFA DEÁNDAR MARTÍNEZ: EL OMBLIGO CÓSMICO

La Locura que Contagia a su hijo Heriberto

Fue Lya Engel, una judía oportunista, esposa de Francisco Fe Álvarez, un periodista español refugiado en México debido a la guerra civil de su país que fue contratado por la editora, quien inició a Ninfa Deándar Martínez en las doctrinas místicas a finales de la década de los 70's. Con estas amistades la empresaria tuvo que aceptar de la pareja recomendaciones de columnistas desechados, asesores y publicistas homosexuales, alcohólicos y drogadictos, quienes en corto tiempo se apoderaron de las redacciones y oficinas administrativas de El Mañana y La Tarde.

Los efectos de estas doctrinas originaron en Ninfa una dilatación artificial de su conciencia, utilizando sus periódicos para prácticas de terapias equivocadas, confundiendo la profesión con el arte antropósofo steinerano que revela la esencia de la superación mental que posteriormente se traduce en éxitos materiales.

Enseguida, Ninfa conoció a José Carlos Aguilar Garza, quien la indujo al consumo de las drogas. En el contacto hormonal no había en ella el poder de la seducción ni el fuego pasional, mucho menos la sintonía mágica-juvenil que guarda un amante para la conquista corporal, por el contrario, su magia sexual estuvo siempre -y sigue estando- atrofiada por la falta de un pulmón que le destrozó el tabaquismo; más bien el trato entre ambos era en su mayor parte de tipo económico y por supuesto, de desviaciones colaterales.

Ninfa ha buscado su satisfacción personal en la paranoia diversa de representación objetiva, contribuyendo con ello a su propia destrucción síquica que en ninguna evaluación acorde a la energía espiritual que dice controlar. El problema neurótico de la editora es precisamente esa disfunción cerebral.

Por todo esto, Ninfa Deándar se encuentra atrapada en el complejo de "víctima" al no satisfacer sus egocentricidades que se han multiplicado desde que decidió incursionar en la política y perdiera en un proceso electoral. Desde antes del 12 de noviembre de 1995, su retraído descanso espiritual ha sido menguado por la manipulación de otro neurótico que se ha pegado a ella y no le permite en un lapso inmediato el augurio de una cura: su hijo Heriberto, de manifiesta hidrocefalia, que la induce cada día más a su calvario personal, sobre todo cuando ve en éste el fantasma de un futuro presidente municipal.

Desde la conclusión de los comicios del 95, Ninfa siempre procuró con insistencia los ataques hacia el presidente Zedillo aprovechando informaciones de orden nacional. Cada acto que realizaba el mandatario, los periódicos de la frustrada aspirante al poder fronterizo, los manejaba con ironía, mofa y deliberados deseos de propiciar su caída.

El 10 de enero de 1996, la editora, a una invitación que le hiciera la empresa Telemundo días antes, vertió declaraciones a través del programa Ocurrió Así, en contra de la alcaldesa Mónica García Velázquez, pero como a ella y sus hijos les gusta disfrutar de sus agresiones temerarias, buscando de paso el lado oscuro de las reacciones normales de sus afectados, se dio por ofendida al no tener respuesta a sus palabras, que por cierto indignó a quienes vieron el video en cuestión.

Al día siguiente, no conforme con su procacidad verbal, festinó el hecho por medio de sus periódicos, pero no contó que la mayoría del pueblo reprobó esas calumnias que en un  tiempo utilizó también su padre para manchar honras; eso la llevó a crear el desgastado clímax de persecución que hizo público el 18 de enero de ese año en una carta enviada al presidente Zedillo con fecha del 13.

"Por medio de este escrito denuncio a usted las amenazas de muerte, provocaciones y múltiples anónimos que hemos recibido mi familia y yo". Otra vez las amenazas de muerte y las provocaciones.

En dicha misiva denunciaba un boicot contra su empresa de tipo oficial (que después convirtió en comercial). Señalaba que temía por la seguridad de sus propiedades imaginando (como siempre) hostilidades por el hecho de haber figurado como candidata suplente a la presidencia municipal.

"Estas acciones denunciadas hoy a usted, obedece fundamentalmente, a un fraude electoral que en perjuicio del pueblo de Nuevo Laredo y la voluntad ciudadana cometió en el pasado proceso electoral del 12 de noviembre de 1995...

Con toda nebulosidad con que actúan los desquiciados, Ninfa afirmó en el escrito que había ganado las elecciones, pero que debido a la complicidad de funcionarios electorales "trajo como consecuencia que se acreditara el triunfo en contra de la voluntad popular a Mónica García Velázquez...

En la citada carta no podía desprenderse de sus señalamientos hacia el entonces gobernador Manuel Cavazos Lerma, su blanco predilecto desde que se había anulado el contrato de publicidad estatal hacia sus periódicos.

A partir del mencionado día de las elecciones, diversas organizaciones   políticas adheridas al PARM y a la Alianza Cívica Democrática, realizan frente a palacio municipal una pública protesta, mediante la cual se solicita, acreditado con más de 40 mil firmas, la renuncia del gobernador de Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma.

En el mismo libelo se queja de la auditoría de 1993 y alaba la positiva actividad periodística de su padre, -conocida por los neolaredenses como negativa y extorsionista- supuesto defensor de la libertad de expresión "bandera fundamental de este periódico desde su fundación en 1924 por mi padre Heriberto Deándar Amador, quien como legado nos dejó combatir siempre al lado de las auténticas causas populares". Así, todos podemos imaginar lo que le espera a Vicente Fox si no le cumple sus caprichos.

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