viernes, 16 de septiembre de 2011

11. NINFA DEÁNDAR MARTÍNEZ Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Su Descalificación como Candidata del PRI

El 4 de julio de 1995 la Alianza Cívica Democrática fue registrada ante la Secretaría de Relaciones Exteriores por su presidente Jorge Alfredo Ramírez Rubio, hoy regidor plurinominal del PAN. Le tocó la sección VI No. 741 del legajo 15 en lo que corresponde al municipio de Nuevo Laredo. El notario público, licenciado Leopoldo Lara Salinas realizó los trámites legales y Ninfa Deándar Martínez figuró como miembro fundador.

Días antes, durante la presencia del titular de la Procuraduría General de la República, el panista Antonio Lozano Gracia, la editora de El Mañana y La Tarde, invitó al gobernador Manuel Cavazos Lerma a conocer las oficinas, esto, en un intento de evidenciar los aspectos democráticos que siempre ha tomado como bandera para sorprender a muchos, sobre todo a políticos y dirigentes de partidos.

¿Qué buscaba Ninfa Deándar Martínez tras su fracaso separatista?, ¿aprovechar la oportunidad para buscar la candidatura del PRI tomando como escudo la ACD en un trueque ante la suspensión del subsidio estatal para sus periódicos?

Todo parecía indicar lo segundo, pues cuando sus aspiraciones fueron notorias en el campo político, ya había rechazado las propuestas de los partidos PAN, PARM, PVEM, PRD y PFCRN que simpatizaban con ella, sin embargo el gobernador no mordió el anzuelo y fue entonces cuando reinició sus ataques hacia el Ejecutivo estatal dando a conocer sus deseos impugnados, pues en una nota de El Mañana informaba:

"En días pasados acudí a Ciudad Victoria al sepelio de Manuel Cavazos Lerma, lo mató el gobernador del estado porque es parte de un sistema de criminales que mata a los hombres, así mataron a Clouthier, a Colosio y a más de 300 perredistas..."

Como el gobernador había alentado la democracia en aquella visita a las instalaciones  de la Alianza Cívica Democrática, inclusive felicitando a Ninfa por su interés hacia las desigualdades, la diarista equivocadamente entendió que ella podía ser nominada por el PRI a la presidencia municipal, por lo que no dejó de mostrar su resentimiento al mencionar:

"Que Manuel Cavazos Lerma sostenga como hombre sus promesas que hizo como candidato, que respete el despertar de las conciencias y el nuevo amanecer, exigimos la verdad de los hechos, no con palabras ni frases gastadas, Nuevo Laredo no pide misericordia, exige justicia". Como siempre, utilizando al municipio para sus particulares diatribas.

Desechada por Cavazos Lerma, Ninfa buscó la candidatura entre aquellos que semanas antes había rechazado, pero debido a que la coalición no se daba por la diferencia de ideologías que no se podían mezclar, el PAN fue el primero en zafarse de la alianza descartando la extraña unión, para ello, si le convenía a Ninfa, debería de registrarse únicamente por Acción Nacional porque así lo determinaba la dirigencia estatal y nacional. Esto lo tomaron los Deándar como una ruptura manipulada por el gobernador Cavazos Lerma, esto es, ni candidatura ni subsidio.

Con esto el PAN hizo definitivamente a un lado a la editora publicando en el mismo periódico de su propiedad la nota respectiva en una muestra de sus dirigentes de estar ya cansados de la aprendiz de trapecista política.

"El dirigente local del Partido Acción Nacional, Eliseo Raúl Huerta, anunció ayer que su partido decidió en junta de consejo municipal, no presentar la candidatura de Ninfa Deándar Martínez a la presidencia municipal..." (2 de agosto de 1995).

Su propio periódico la hacía enardecer.

"Gerardo Arellano Aguilar, presidente de la delegación del PAN en la entidad, dijo que no se arriesgaría (con la postulación de Ninfa) el PRESTIGIO de ese instituto político".

Fuera de sí, Ninfa comenzó a enemistarse, no sólo con los dirigentes del PAN, sino también del PRD, en donde incluso (como en la actualidad sucede) promovió la división interna. Acusó a los panistas de traición, de ser monigotes del sistema y cuando la dirigencia manejó el nombre del arquitecto Ignacio Quiñones Peña, su amigo remodelador del Teatro de la Ciudad y el edificio de El Mañana con fondos del narcotráfico, empezó a atacarlo despiadadamente señalándolo como un enviado del gobernador para dividir a la oposición.

En su escaramuza por la candidatura, Ninfa maniobró en todo para utilizar a quienes significaran un dicterio para el gobernador, es más, trató de involucrar al obispo Ricardo Watty Urquidi y al Movimiento Familiar Cristiano en su juego sucio y de invectiva falaz.

"No hay espacios para la verdadera oposición en Tamaulipas -dijo en una declaración en su diario- no hay voluntad de unión, se trata de un juego de intereses, junto con el fraude que tiene armado el PRI-gobierno...

Después volteó el comal para atraerse simpatías.

"Seguimos firmes en nuestros propósitos, la Alianza (Cívica Democrática) es apartidista y llegó para quedarse".

Otra mentira. Dicho organismo se disolvió al abandonarlo sus militantes, incluso ella misma.

Mientras esto sucedía, el Consejo Estatal Electoral suspendía los derechos y prerrogativas al PARM, aunque le concedió un plazo para que los parmistas se reorganizaran, Ninfa Deándar Martínez destacaba de manera rimbombante en la edición de El Mañana del 3 de agosto de ese año "se mantiene firme en esta lucha desigual contra el PRI-Gobierno".

Ante el resquebrajamiento de la ACD, Ninfa procuró a toda costa el respaldo del PARM para sus ambiciones políticas; el PRD, por su parte defendieron su punto de vista, concretamente el doctor Raúl Cantú López, quien entendió la jugada registrándose como candidato por el Partido de la Revolución Democrática a la Presidencia Municipal, el galeno enfatizó en una entrevista para la revista Cambio:

"Nosotros le seguimos ofreciendo a la señora Ninfa la candidatura, pero los tiempos se acortaron y al ver que no nos resolvía, tuvimos que presentar una planilla (...) pero Ninfa nos mandó al diablo y se quedó con Cantú Rosas".

Eliseo Raúl Huerta sintetizó al respecto:

"Ninfa nos utilizó, ella nos estuvo jugando el dedo (...) ella nos minimizó y nos hizo groseras recriminaciones".

Ignacio  Quiñones Peña diría después en el mismo número de Cambio:

"Lo que la señora Ninfa quería, era una bandera para decir que el gobernador y todas las autoridades federales, estatales y municipales, le han tenido tanto temor que le cerraron las puertas, cuando esto es una postura demagógica y por supuesto, completamente falsa".

Cuando el 21 de agosto de 1995 el Comité Directivo Estatal del PRI dio a conocer la lista de los primeros 10 nominados para el mismo número de municipios entre los cuales figuraba Antonia Mónica García Velázquez, Ninfa inició lo que sería una campaña de infundios, no solamente de carácter político, sino personales.

En su afán de achacarle al gobernador la designación de García Velázquez, la editora centró su información utilizando peleles de la  iniciativa privada y priistas desahuciados para propalar una supuesta división en el PRI consignando que la nominación era "producto de una imposición", sin embargo su renuncia a la dirección del periódico para lanzarse con las siglas de cualquier partido la definió como una "latente emergencia de mi ciudad", significando para ella "alcanzar la democracia libertadora para Nuevo Laredo".

La "cabeza" de El Mañana de aquel domingo 27 de agosto que adornaba una fotografía de Ninfa vestida con una cueruda blanca y pantalones de mezclilla azul señalaba su postura quimérica.

"Estoy lista para el vuelo".

Y en el texto de la nota las declaraciones hacia sus enemigos de todos los días, con los efectos del "vuelo" que producen el éxtasis de la inconsciencia, repitiendo su cantaleta, sus palabras de siempre:

"Son criminales en potencia que quieren matar a Nuevo Laredo como lo hicieron con Colosio y Ruiz Massieu (ya no Clouthier ni más de 300 perredistas) y no lo vamos a permitir.

"Vamos a hacer tal presión que vamos a sacudir y a tumbar al meritito gobernador o al que se atraviese".

Brincando de un partido a otro mostrando su inconsciencia a la opinión pública y enseñando las huellas que dejan las sesiones de paraísos artificiales y los viajes cósmicos, Ninfa Deándar Martínez enfilaba a la realidad que le deparaba el futuro inmediato: el verdadero rechazo del pueblo de Nuevo Laredo.

Sin embargo ahora busca con la sigla del partido que tanto denostó, el PAN, con el supuesto respaldo de Vicente Fox, la presidencia municipal, si no para ella, para su hijo Heriberto Cantú Deándar; ambos, escrito está, ex convictos.

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